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José María Ibáñez.

lunes, 2 de julio de 2012

ARCHIVOS DESCLASIFICADOS DE LA ANTIGUA UNIÓN SOVIÉTICA (II): EL OBJETO DE ORDZHONIKIDZE

AMADO CARBONELL SANTOS


El mundo de las investigaciones ufológicas siempre ha estado rodeadas de falsos testimonios e invenciones mediáticas, ya hayan sido creadas para llamar la atención de la población ó encubrir algún experimento militar llevado a cabo de forma secreta. Este es uno de los casos en los que se podría decir que se engañó a la población, para apartar la atención del público en medio de una crisis política soviética en plena guerra fría  o una transición que tenía que ser producida de forma sutil, ya que como decían los sabios de la CIA: No hay mejor forma para encubrir una verdad, que mostrándola como ciencia ficción.
(Foto: ctroya.mforos.com)

El 5 de mayo de 1983, en la región militar Transcaucasia fue avistado un objeto volador no identificado por dos aviones de las fuerzas aéreas soviéticas. Los pilotos informaron del contacto con el artefacto y desde el alto mando del cuartel de Transcaucasia se ordenó lanzar un misil Tierra-Aire para perseguirlo y derribarlo. Los cazabombarderos se desviaron de la trayectoria del ovni para no ser alcanzados por la onda expansiva del misil. Según los informes el arma impactó directamente en el objeto, desviándolo 50 grados de su trayectoria y haciéndolo visible en la pantalla del radar, donde mostrada que descendía de forma lenta y aparentemente controlada hasta tomar tierra en una zona de montaña cercana a Nálchik. Según algunos testigos presenciales, del objeto surgieron algunos seres que calificaron como alienigenas que tuvieron contacto directo con ellos. Dichos testigos, pocos días más tarde se dirigieron a Moscú, donde previamente habían puesto  sobre aviso a diversos periódicos y cadenas de televisión locales para informar sobre lo ocurrido y de cómo habían vivido la experiencia de ese supuesto contacto con seres de otro mundo.

Al  mismo tiempo, un grupo de turistas que habían pasado por la zona del aterrizaje forzoso del objeto unos días más tarde al contacto con los lugareños, encontró lo que parecía una nave espacial apoyada en las llanuras de las montañas de Nalchik, dirigiéndose a Moscú para informar del extraño artefacto, pero que no habían encontrado indicios de presencia humana o de los tripulantes de la nave.

Un grupo de experimentados ufólogos soviéticos se aproximaron a la zona donde se encontraba el ovni dañado una semana más tarde pero en un principio no pudieron encontrar nada. Escudriñaron toda la zona para hallar restos, huellas o algo que les pudiera servir de prueba. Finalmente encontraron el supuesto objeto, alegando que su apariencia era muy tosca, de forma cónica con varias escotillas acristaladas y diversas toberas que parecían restos de cohetes usados en las pruebas espaciales soviéticas.

Vadim Chernobrov
(Foto: torsionfraud.narod.ru)
El investigador Vadim Chernobrov afirmó que el objeto que encontraron no era más que un objeto de atrezzo utilizado por cineastas polacos, que habían rodado una película en la zona y lo habían abandonado allí. El caso tomó un cauce turbio cuando los turistas que llegaron de las montañas se indignaron, alegando que el objeto que Chernobrov había fotografiado no era el mismo que ellos habían observado, ya que el que ellos vieron tenía que haber sido creado por una inteligencia superior y no la copia a tamaño real que los ufólogos habían fotografiado. Decidieron volver para encontrar pruebas del aparato que habían visto, buscaron por toda la zona que comprende la garganta de Darial, pero únicamente quedaban restos de las huellas del falso ovni hallado por el equipo de Chernobrov. El verdadero ovni había desaparecido. Desde el centro soviético de ufología (SOYUZUFOTSENTR) dirigido por Ajaja, se llegó a la conclusión de que el objeto que fotografiado por los ufólogos no era ninguna nave espacial, ni ningún ingenio de origen alienigena.

Durante el año 1994, Chernobrov era un reconocido científico e investigador que había ido recopilando más datos y detalles extraños del caso del ovni de las montañas de Nálchik. En los informes secretos recopilados por la antigua KGB en Moscú, se menciona que los oficiales de alto rango ordenaron que el objeto original, que había sido derribado por la fuerza aérea soviética fuera trasladado a una de las bases secretas cercanas a Moscú. Algunas fotografías obtenidas por Marina Popovich mostraban un objeto de forma cónica, con una altura de 8 metros, con formas onduladas y diversas escotillas. La parte superior parecía una pirámide con su superficie quemada por el impacto y explosión del misil.
Marina Popovich
(Foto: politicalforum.com)

Uno de los periodistas rusos más reconocidos en esos momentos, Vladimir Lagovsky estaba intrigado por la falsificación creada y se preguntaba cómo era posible que alguien pudiera ser engañado con ese artefacto tan burdamente manufacturado, pensando que podría ser una nave de origen alienígena. Pudo determinar que un objeto había sido trasladado en camiones del gobierno soviético hasta una de las bases de Mitische, en las afueras de la ciudad de Moscú. Las fuentes informantes de Lagovsky alegaron que el principal propulsor del objeto utilizaba radiación de Neutrinos que según los científicos recogía mientras viajaba por el espacio.

Victor Kostrikin, un vidente reconoció haber mantenido diversos contactos extra sensoriales con entidades alienígenas, que habían llegado a nuestro mundo con un vehículo que había sido golpeado por un objeto, que estalló y les hizo descender entre unas montañas que ya habían visitado anteriormente, habiendo mantenido contacto visual con dos seres humanos. Este tema del contacto en las montañas, lo abordaremos un poco más adelante en este mismo artículo.

Chernobrov tenía amigos influyentes en uno de los diversos institutos de investigación secreta, que llevaba a cabo diversos estudios de temática similar. Estos le facilitaron mucha información sobre la que basó uno de los artículos publicados en el periódico Chetvertoye Izmereniye i NLO (numero 12, en 1996). Conocían muy bien su curiosidad por la naturaleza del fenómeno ovni y le citaron para mostrarle una curiosa grabación en un local donde pudieran hablar con tranquilidad y fuera de miradas molestas. Dicha grabación se había enviado a uno de los laboratorios del instituto secreto donde trabajaban los conocidos de Chernobrov para ser analizada. Lamentablemente cuando la URSS se desintegró la cinta permaneció oculta dentro de uno de los cajones donde habían embalado diversos informes y estudios sobre pruebas experimentales.

Durante algunos años, mientras la comisión política de la URSS se desintegraba, los institutos de investigación fueron cambiando de directivos y jefes de grupo sin darse cuenta de lo que tenían entre manos. No fue hasta 1995 cuando la filmación volvió a ver la luz y uno de los líderes del grupo de investigación solicitó permiso para ver qué es lo que contenía el celuloide. Se montó en un proyector y se enfocó hacia una de las paredes de la sala del laboratorio, la imagen de un rostro humanoide de grandes ojos oscuros que en  la mano portaba un pequeño objeto cilíndrico que mostraba a la cámara. La  persona que grababa cayó al suelo, mostrando la imagen de una vaca que estaba agonizando, temblando y respirando con dificultad. El cámara volvió a incorporarse y enfocando con pulso tembloroso captó la imagen del ser caminando hacia un objeto cónico que se sustentaba a pocos centímetros del suelo mientras era escoltado por un hombre vestido con ropajes militares. El humanoide entró en el objeto, que se cerró con una compuerta en forma de membrana y lentamente fue elevándose hasta que la cámara lo perdió de vista. El objetivo enfocó a diversos soldados que rastreaban la zona donde se había detenido el artefacto y se agachaban para recoger diversos objetos. En ese momento la película terminaba y los asistentes comprendieron que lo que tenían entre manos era más serio de lo que pensaban y decidieron no revelar lo que habían visto a nadie.

Cuando Chernobrov visualizó la cinta no podía salir de su asombro y les preguntó de dónde había salido, pero desconocían la procedencia del cuerpo militar que realizó la filmación, aunque alegaron que había la posibilidad de que existieran algunas grabaciones más sobre el objeto de Ordzhonikidze en la base militar secreta 67947.

Un militar soviético de alto rango contactó directamente con Chernobrov y le comentó que estaba dispuesto a que se conociera toda la verdad de los hechos acaecidos en mayo de 1983. Le contó que entre los años 1985 y 1987 una productora de Hollywood había estado rodando una película sobre un  grupo de ciudadanos soviéticos que contactaban con entidades alienígenas. La Inteligencia Soviética se hizo con algunas partes de dicha película (desconocemos si fue adquirida mediante compra o robo de la misma) las cuales fueron enviadas a Moscú. Los soviéticos necesitaban conocer de primera mano cuanto sabían  los Yankees sobre las medidas de alta seguridad soviéticas y los métodos de actuación en situaciones extremas, pero jamás llego a finalizarse la grabación de dicho largometraje, ya que las situaciones políticas entre EEUU y la URSS habían mejorado y no se debían volver a encender las antorchas de la desconfianza. El militar dio a entender a Chernobrov que la cinta que le había mostrado del alienígena ante las cámaras había sido una creación ficticia de los estadounidenses, aunque nunca se hallaron pruebas del origen de la filmación ni quien fue su autor original.

Hay una opinión muy distinta de todo este caso y es la que dio Mikhail Gershtein al investigador y periodista Paul Stonehill (co-autor del libro en el que está basado este artículo), alegando que en 1983 no se derribó ningún objeto volador y  todo lo que envolvía al caso del objeto de Ordzhonikidze, fue orquestado por el propio Victor Kostrikin para dar publicidad a su negocio de reputado vidente.

Retomando el caso del contacto del ser alienígena con seres humanos en las montañas, el biólogo ruso B. Borisov se encontraba junto a su esposa, en una de las grietas de los montes cercanos a Nálchik durante el verano de 1983, más concretamente el 1 de Julio de ese mismo año. Mientras exploraban la flora del lugar, su esposa advirtió que alguien les estaba observando a sus espaldas. Los dos se dieron la vuelta y a poco mas de 200 metros vieron a dos seres de gran estatura que les observaban, ella insistió a Borisov para que regresaran y empezaron a correr hacia el camino donde habían dejado su automóvil, el miedo les inundó cuando advirtieron que aquellos seres les perseguían dando grandes zancadas a través de la grieta hasta que se detuvieron, observando cómo desaparecían entre la maleza. La pareja subió a su vehículo y arrancaron a toda velocidad hacia la capital. Catorce años después la revista NLO (número 7, 1997) publicaba su experiencia, pero jamás sabremos si ellos también fueron títeres del teatro ideado por Víctor Kostrikin, o si realmente ese objeto fue derribado por la fuerza aérea y todavía Rusia tiene en su poder lo que podría ser el Roswell ruso de los años 80.



Texto basado en el libro: Expediente Soviet UFO, de Philip Mantle y Paul Stonehill. Ed.: Nowtilus

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