LA REALIDAD OCULTA

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José María Ibáñez.

domingo, 25 de marzo de 2012

CLUBS DEL FUEGO DEL INFIERNO (HELLFIRE CLUBS)

JOSÉ MARÍA IBÁÑEZ


Nos hallamos en el siglo XVIII. Los cambios sociales están al orden del día gracias, sobre todo, a los distintos movimientos culturales y descubrimientos científicos, que propugnan la autosuficiencia del ser humano. Estos hechos, principalmente, se traducen en una fuerte oposición contra las religiones establecidas, consideradas como baluartes del oscurantismo, la superstición y un obstáculo determinante para cualquier tipo de proceso social, político y cultural.
(Foto: farminguk.com)

Uno de los movimientos más significativos , en fuerte oposición con los poderes establecidos, fueron los denominados Hellfire Clubs (Clubs del Fuego del Infierno). Los miembros de estas selectas y oscuras asociaciones, gentes encumbradas en lo más alto del poder económico y político, de las altas alcurnias, libertinos y juerguistas, celebraban sus conciliábulos en el más absoluto de los secretos, rodeados de las más extrañas parafernalias. Al parecer, estas orgías desenfrenadas, en las que se daba rienda suelta a los placeres más ocultos de su membresía, se hallaban presididas por un monumental sillón vacío. Supuestamente, esta especie de trono estaba reservado, según relatan las crónicas de la época, para el Presidente Honorario e Invisible del Club: Satán, el ángel caído en desgracia por su soberbia.

(Foto: futuropasado.com)
El primer Hellfire Club fue fundado por Philip, Duque de Wharton en la Inglaterra de 1720. Este controvertido personaje, masón de alto grado, nacido el 21 de diciembre de 1698 en Inglaterra, fue el primero en constituir una logia masónica fuera de su territorio. Esta logia, según consta en los archivos de la Gran Logia de Inglaterra, se abrió en la madrileña calle de San Bernardo en 1728 bajo el apelativo de French Arms (Armas Francesas). Al decir de los historiadores, su vida fue corta pero controvertida. Jugador empedernido, perdió grandes cantidades de dinero en sus frecuentes visitas a las casas de juego de la ciudad de Londres. Por otro lado, y no es de extrañar, su adorado club fue clausurado bajo la acusación de blasfemias y profanación y, después de participar en toda clase de conspiraciones y manipulaciones políticas, que le llevaron a la pérdida de sus títulos y la confiscación de sus bienes, murió en la completa miseria el 31 de mayo de 1731. Antes de morir había abrazado la fe católica y sus cenizas fueron depositadas en el monasterio cisterciense de Poblet. En 1952 el general Francisco Franco visitó el monasterio tarraconense y ordenó al abad desenterrar las cenizas de Wharton y arrojarlas lo más lejos posible del lugar. El abad cisterciense se limitó a sacarlas del lugar donde se hallaban, en el atrio de la basílica y enterrarlas en el exterior del monasterio.
Monasterio de Poblet (Foto: naturayeducacion.com)

Muchos y variopintos fueron los distintos clubs diseminados a lo largo y ancho de la geografía anglosajona de la época. Formando parte de dichos clubs, nos encontramos con una gran variedad de extraños y controvertidos personajes. Vamos a ocuparnos de algunos de ellos. En 1746, Sir Francis Dashwood, parlamentario, canciller y tesorero real de Jorge III, fundó en la Abadía de Wycombe su Hellfire Club particular. Conocido también bajo las nomenclaturas de Los Monjes de Medmengam, La Orden de los Caballeros de West Wycombre o Los Frailes de San Francis de Wycombe, llegó a contar entre sus afiliados a personajes importantes como el hijo del Arzobispo de Cantembury, Horace Walpole o el mismísimo Benjamín Franklin. En dicha abadía se organizaban fiestas secretas donde se organizaban orgías en las que participaban hombres y mujeres de las más altas esferas. Según las crónicas de la época, los allí congregados, "realizaban sacrificios de animales y ritos satánicos sobre el cuerpo desnudo de algunas de las feligresas". A pesar de que los miembros del club juraban mantener el secreto absoluto sobre lo acontecido en dichas fiestas, los rumores sobre los escándalos sexuales salpicaron a los integrantes del club, y acabaron por ser de dominio público. En 1781, tras la muerte de su fundador y la celebración de un ritual muy especial en la propia abadía, al parecer, el club dejó de existir.

Como ya dijimos anteriormente, uno de los integrantes del club de Dashwood fue Benjamín Franklin. Las descripciones que hizo el propio Franklin de las cámaras secretas donde se organizaban las orgiásticas reuniones, no dejan lugar a dudas sobre su pertenencia al selecto club. Como es de dominio público, Benjamín Franklin, participó activamente en la independencia de los Estados Unidos y tuvo una gran influencia en la creación de su propia constitución.
Benjamín Franklin (Foto: biografías.es)

En 1998, en el transcurso de unas excavaciones que formaban parte de las obras de restauración efectuadas en la que fuera la residencia londinense de Benjamín Franklin, se hallaron diez cuerpos sepultados (seis niños y cuatro adultos). Sobre estos macabros hallazgos, el rotativo The London Times del día 11 de febrero de 1998, publicaba: "Según las estimaciones oficiales estos huesos fueron enterrados hace más de doscientos años y coincide con la época en que Benjamín Franklin ocupó la casa. La mayoría de los huesos muestran señales de haber sido diseccionados, serrados y cortados. En uno de los cráneos se muestran varios agujeros. El médico forense Knapman, añade: No puedo descartar la posibilidad de que se trate de un crimen. Es una posibilidad a tener en cuenta en la investigación".

¿Tendrán estos hallazgos algo que ver con las ceremonias secretas que realizaban los miembros del Hellfire Club?

1 comentario:

  1. Espero estén preparados porque la guerra empezará y porfavor si saben quien soy los estoy esperando

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