LA REALIDAD OCULTA

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SEPARA LA REALIDAD DE LA FANTASÍA.
José María Ibáñez.

viernes, 15 de abril de 2011

EL GENERAL DE GAULLE Y LOS COMPAÑEROS SECRETOS

José María Ibáñez

Charles de Gaulle (Foto: ambafrance.uk-org
"Tengo la impresión de que estamos inmersos en un gran drama que se representa desde hace años, desde hace siglos, y en el cual solo nos vemos involucrados a la hora del desenlace, hora en que se produce el cataclismo formidable que han preparado generaciones de hombres consagrados al secreto"
Maurice Leblanc




Sólo sus Compañeros Secretos, la orden que De Gaulle fundara con misteriosos objetivos, conocieron a fondo los entresijos del alma del líder de la resistencia francesa que tantos quebraderos de cabeza causó a sus colegas aliados. Pocos saben que además de un estratega  con una gran capacidad de mando, el francés poseía una visión del mundo escatológica, veneraba a un monarca en la sombra y esperaba la llegada de una nueva era.


LA CONSPIRACIÓN
Roosevelt y Churchill (Foto: www.ciaramc.org)
"Churchill y Roosevelt quisieron librarse del General De Gaulle”. Esta noticia apareció en la prensa a principios del año 2000, a raíz del descubrimiento de unos documentos que han permanecido Top Secret durante más de sesenta años. Entre los documentos aparecen varios telegramas remitidos desde Washington por Winston Churchill, utilizando el nombre en clave de Britman, dirigidos al vice primer ministro Clement Attlee y al canciller Anthony Eden. En uno de ellos, fechado el 21 de mayo de 1943, el “premier” británico acusa a De Gaulle de “…tendencias fascistas, aunque coquetea con los comunistas”, haciendo alusión a documentos secretos aportados por el presidente norteamericano Franklin Delano Rooserwelt, incluyendo actividades ilegales del Movimiento Francia Libre en Estados Unidos. Ambos creían que el general, que durante la contienda estuvo exiliado en Londres, desde donde dirigía la resistencia francesa contra los nazis, no ayudaba para nada a la causa aliada. El propio Roosevelt planteaba que los discursos del líder de la Francia libre en el exilio parecían sacados de Mi Luchalibro de cabecera del nazismo escrito por Adolf Hitler.
Clement Attlee (Foto: dailymail.co-uk)
Por otra parte, en otros documentos diplomáticos intercambiados entre Londres y Washington, se aprecian detalles reveladores de la conspiración urdida por ambas naciones para liberarse de De Gaulle: “Hay que eliminar como fuerza política al arrogante y obstinado francés” (…) Tenemos que demostrar al mundo que el movimiento de no rendición en Francia, alrededor del cual se ha construido la leyenda de De Gaulle, no tiene ninguna identidad con este hombre vanidoso y maligno. Odia a Inglaterra y ha dejado una estela de anglofobia detrás de él, en todas partes”.
Anthony Eden (Foto: dailymail.co.uk)
En realidad, ambos mandatarios estaban furiosos con De Gaulle por su comportamiento en Argelia, ya que consideraban que el general francés no había apoyado suficientemente la causa aliada. Los líderes de Estados Unidos y Gran Bretaña querían al general Henri Giraud al frente de las fuerzas de liberación francesas. De Gaulle se negaba a cooperar con Giraud, temiendo la actitud de los norteamericanos hacia Francia una vez terminada la II Guerra Mundial. Dos días después de haber recibido los telegramas, Attlee, convocó una reunión de emergencia del gabinete de guerra británico. Las respuestas a Churchill fueron concluyentes. En sendos telegramas enviados a Washington con carácter de urgencia, se llegaba a la conclusión de que, pese a que De Gaulle era un hombre difícil, contaba con el apoyo y la lealtad de personas importantes e influyentes capaces de cambiar el curso de los acontecimientos. No se volvió a hablar del tema. ¿Conocían los servicios secretos británicos las andanzas ocultas del general De Gaulle?


LOS COMPAÑEROS SECRETOS
Jean Cocteau (Foto: wikipedia.org)
En el año 1982 la revista especializada Nostra, en un interesantísimo artículo titulado El general De Gaulle esperaba el retorno del Gran Monarca, su autor, utilizando el seudónimo de Bayard, se hace eco de la publicación de un libro de casi quinientas páginas: El libro de los Compañeros Secretos; enseñanzas secretas del general De Gaulle, escrito por un misterioso R.P. Martin. En dicho artículo se plantea si el objetivo secreto de R.P. Martin consiste en asociar a los "Cuarenta y Cinco" con el Priorato de Sión ya que, en la época en que Jean Cocteau era su gran maestre y el mariscal Juin y André Malraux oficiaban como altos grados del mismo, eran cuarenta y cinco los miembros franceses asociados al Priorato. Después de la muerte de Cocteau en 1963, y del mariscal Juin en 1967, sólo quedaron 43 miembros  franceses. Al parecer, fue en esa época, cuando a instancias del general De Gaulle, Pierre Palntard de Saint-Claire fue ascendido al rango de "Cruzado". Después de la muerte de André Malraux, en 1976, mientras los americanos intentaban imponer la supremacía en la orden, seguían siendo 43 los miembros franceses.
Jean Robin 
La estrategia es hábil, nos dice Jean Robin, ya que "... apoyándose en datos irrefutables (en efecto, una mujer dirige una de las Comendadurías francesas del Priorato de Sión) y otros más discutibles, el autor intenta imponer la idea de una visión del mundo gaullista". El propio Jean Robin -al que seguiremos los pasos a partir de ahora, por tratarse de uno de los autores que más ha incidido en esta historia a través de varias de sus obras - nos explica que la sociedad secreta a la cual pertenecían R.P. Martin y sus compañeros se llamaba La Orden, o, a fin de evitar confusiones, La Orden de los Compañeros Secretos.
Si nos atenemos a lo escrito en dicho libro, La Orden de los Compañeros Secretos, fue fundada e inspirada por Charles De Gaulle en persona: De Gaulle seleccionó un grupo inicial de 45 compañeros, los formó y les asignó una misión que, después de cruzar el desierto durante unos diez años a partir de su muerte, incluía la difusión pública, en una perspectiva escatológica”. Con respecto a la organización y funcionamiento de dicha orden, R.P. Martin afirma estar inspirada en el modo de actuar de las sociedades secretas: “Que no se conozcan nuestros objetivos; que sea imposible de detectar nuestra existencia; que sea perceptible nuestra intervención en un determinado acontecimiento, cuya inspiración y orientación ocultas son propias de la sociedad”.


EL REY EN LA SOMBRA
(Foto: amazon.fr)
Por otro lado, pocas dudas nos quedan al respecto, nuestros Compañeros Secretos participan por derecho propio de la tradición del Gran Monarca. Esta tradición defiende, desde tiempos inmemoriales, la existencia en las sombras de un Rey que gobierna pero no reina y que, llegado el momento oportuno, su manifestación pública coincidirá con el final de los tiempos y el inicio de una nueva era. Como prueba de ello, vale la pena transcribir textualmente esta profecía que el general transmitió a sus Compañeros, refiriéndose a sí mismo en tercera persona: "Cuando la enorme, necesaria, inevitable revolución del siglo XX... concluya o se encuentre en vías de desarrollo, el general De Gaulle no verá, personalmente, ningún inconveniente y sí numerosas ventajas en el hecho de que el descendiente de los 40 reyes que en 1.000 años construyeron Francia, recupere el trono de sus antepasados, a fin de conducir a la nación francesa a sus fines últimos. Nada podrá concluir con más dignidad la historia de Francia, en los días parúsicos".
Dos años más tarde, su publicó un segundo libro también firmado por R.P. Martin tan extraordinario como el primero, titulado La Inversión o la Boucane contra la Orden Negra. En este segundo libro, donde el autor se comporta como portavoz de la orden, asistimos al relato de una extraordinaria aventura que, gracias al cúmulo de circunstancias que los Compañeros consideran providenciales, les conducirán al descubrimiento de una suerte de Orden Negra de obediencia hitleriana, que nos es presentada, en suma, como el polo opuesto de La Orden de los Compañeros Secretos.


LA ORDEN NEGRA
Así nos lo cuenta Jean Robin. Todo sucedió en 1945, cuando un soldado de infantería francés descubrió entre las ropas de un miembro de las SS agonizante, un mapa sin nombres ni coordenadas geográficas dibujado en tinta china sobre una gamuza. Mucho tiempo después se descubrió que el mapa representaba una región de los lagos del gran norte canadiense, donde se localizó, en 1971, cerca del lago Nungesser, una base de supuestoa científicos holandeses que decían trabajar para la OTAN. Al mismo tiempo, se pudo identificar a un carguero, el Sankt Pauli, que al parecer era el encargado, a través de una serie de escalas secretas diseminadas a lo largo de la costa sudamericana, de asegurar el transporte entre la base y la Antártida.
(Foto: hawai50.blogspot.com)
La historia resulta cada vez más inquietante. Por un lado se descubrió que el capitán del Sankt Pauli no era otro que Rudolph Dieterle, antiguo comandante de la SS que había sido denunciado, arrestado, juzgado en 1958 y condenado a cadena perpetua por crímenes de guerra. Sin embargo, según otras informaciones, parece ser que el condenado no era el verdadero Dieterle sino alguien que lo había suplantado para asegurar su protección.
Los misteriosos científicos del lago Nungesser disponían de las autorizaciones necesarias para efectuar sus estudios e investigaciones sobre el subsuelo, amén de disponer de una fuente inacabable de fondos que les eran remitidos anónimamente a las oficinas de inmigración de Ottawa, donde sólo se les veía para la renovación de los permisos. Un hecho a destacar es que, si bien todos los lagos de la región aparecen registrados, no todos figuran en los mapas que se publican en la actualidad.


LA ISLA MISTERIOSA
La realidad de los datos apunta, según se desprende de la información remitida por los Compañeros, a que esta oscura comunidad científica se dedicaba a la experimentación de nuevas armas, como por ejemplo, al dominio total de la meteorología.
(Foto: muchosmisterior.blogspot.com)
La Orden Negra se fijaba a medio o largo plazo objetivos tan grandiosos como aterradores. Como muestra citemos textualmente las palabras recogidas por Napoleón La Boucane, miembro de los Compañeros infiltrado en la Orden Negra, de labios de uno de sus integrantes: "Los dos bloques aún tienen una década o dos para jugar a asustarse; es decir, hasta que contemos efectivamente con instrumentos sin parangón. Por tanto, con la posibilidad de desencadenar lo que llaman el Apocalipsis; reservándonos para el fin, que será la tumba de su poderío, y el establecimiento del nuestro, que durará mil años, según Hitler".
La información recogida durante años por los Compañeros Secretos de inspiración gaullista, nos habla de la existencia, en 1971, de un grupo de hitlerianos supervivientes al mando de una especie de neo-führer llamado Siegfried, que sería el encargado de coordinar las distintas actividades que inspiraban a la Orden Negra. Las reuniones se llevaban a cabo, en el más estricto de los secretos, en un lugar llamado Asgärd, situado en alguna de las islas desiertas que conforman el archipiélago del sur de Chile.


EL TESTAMENTO DEL PROFETA
Que durante la II Guerra Mundial tuvieron lugar acontecimientos importantes que no se reflejan en los libros de historia es un hecho incuestionable. Ha sido la inestimable labor realizada durante años por investigadores independientes lo que nos ha permitido seguir encajando las piezas de este enorme rompecabezas. Conforme vamos avanzando tecnológicamente, los accesos a la información nos resultan cada vez menos complicados, no siempre disponemos de la capacidad necesaria para discernir entre lo verdadero y lo falso. En muchas ocasiones corremos el riesgo de convertir en verdadera información lo que no es sino una burda desinformación.
Conferencia de Yalta (Foto: laguia2000.com)
Según nos cuenta la historia, una vez finalizada la contienda, De Gaulle no fue invitado a la conferencia de Yalta. En 1944 firmó un  pacto franco-soviético y un tratado de reconciliación con Alemania Occidental. Más adelante organizó una política estratégica independiente de la protección americana, vetó la entrada británica a la Comunidad Económica Europea (CEE) y se opuso firmemente al sistema monetario internacional. Pero ningún libro de historia refleja la vida  oculta del general. Esa historia oculta que nos introduce, a través de sus propias creencias en la más pura tradición del Gran Monarca y que transmitió a sus Compañeros Secretos, únicos custodios del testamento profético del general, cuya misión es dar a conocer, en fechas predeterminadas, hechos que han permanecido velados para el común de los mortales.

EL VIAJE SECRETO DEL GENERAL DE GAULLE
Jean Parvulesco
(Foto: euro-synergies.hautefort.com)
El escritor Jean Parvulesco - según nos relata el propio Jean Robin- hace referencia al viaje casi clandestino que realizó el general De Gaulle, ya retirado de la vida política, a una ciudad de Alemania Federal para inclinarse ante una tumba anónima, que reposaba en el interior de un bosque. Parvulesco consideró este acto como una lección de humildad hacía "la hermandad corrupta de los historiadores convencionales y que se manifiestan orgullosos de serlo". Y nos emplaza a la lectura de una novela policíaca de Claude Rank -por desgracia casi imposible de conseguir- donde "podemos hallar el único testimonio existente sobre la identidad subjetiva y sobre el sitio, al píe de los menhires, donde descansan clandestinamente los retos anónimos de quién o de aquello que hizo que el general emprendiera su viaje".


¿A quién pertenecen estos restos anónimos?



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